Un año más la Corporación Servita con sede canónica en la parroquia de Santiago Apóstol hizo estación de Penitencia por las calles de Gibraleón el pasado Viernes Santo (6/04/2012).
Después de ver como se presentaba el día con algunos chubascos esporádicos la Hermandad de forma sabia retrasó las estación de Penitencia media hora. Fue sobre las 21:00h cuando la Junta de Gobierno declaró la salida de dicha cofradía.
La plaza de Santiago se encontraba un año más abarrotada y con impaciencia la multitud esperaba a los sagrados Titulares para disfrutar del sabor añejo de la cofradía, del barroquismo y romanticismo de sus tallas y del más puro clásico caminar de sus pasos. Cuatro horas por las calles de Gibraleón, ni más ni menos, el tiempo justo y necesario, como diría un buen amigo mío, 'La virtud en el termino medio'. 356 días quedan para seguir soñando de nuevo con el próximo Viernes Santo. Desde el respeto, con compañerismo y responsabilidad volveremos a afrontar ese nuevo reto, el cual este año se ha cumplido con creces gracias al esfuerzo y dedicación de la nueva Junta de Gobierno y sus colaboradores. Gracias.
Después de ver como se presentaba el día con algunos chubascos esporádicos la Hermandad de forma sabia retrasó las estación de Penitencia media hora. Fue sobre las 21:00h cuando la Junta de Gobierno declaró la salida de dicha cofradía.
La plaza de Santiago se encontraba un año más abarrotada y con impaciencia la multitud esperaba a los sagrados Titulares para disfrutar del sabor añejo de la cofradía, del barroquismo y romanticismo de sus tallas y del más puro clásico caminar de sus pasos. Cuatro horas por las calles de Gibraleón, ni más ni menos, el tiempo justo y necesario, como diría un buen amigo mío, 'La virtud en el termino medio'. 356 días quedan para seguir soñando de nuevo con el próximo Viernes Santo. Desde el respeto, con compañerismo y responsabilidad volveremos a afrontar ese nuevo reto, el cual este año se ha cumplido con creces gracias al esfuerzo y dedicación de la nueva Junta de Gobierno y sus colaboradores. Gracias.
Al Cristo de la Buena Muerte
Te veo venir de lejos
y ya estoy viendo venir tu Buena Muerte
me voy a tu encuentro
pausadamente.
Como tantos absortos, perplejos
que solo estás Señor
con tanta gente
que solo en tu cortejo.
Y si estas muerto
¿Porqué te siento?
Si no vives
¿Quien me habla?
Que solo estas Señor
con tanta gente.
y ya estoy viendo venir tu Buena Muerte
me voy a tu encuentro
pausadamente.
Como tantos absortos, perplejos
que solo estás Señor
con tanta gente
que solo en tu cortejo.
Y si estas muerto
¿Porqué te siento?
Si no vives
¿Quien me habla?
Que solo estas Señor
con tanta gente.
Al Cristo Yacente
Cuatro guardabrisas de platada luz desde las esquinas
a esa larga caminata
de una urna por palestina.
Así llega y nos conmueve
humilde, como salió
poco después de las nueve
cuando Gibraleón calló.
Vuelve de nuevo a su templo
entre el silencio feroz
del que Gibraleón da ejemplo
hablar sin dar ni una voz.
En tus ojos penitente
brilla una luz ardiente
Gibraleón devotamente
ve pasar a su Yacente.
A la Virgen de los Dolores
Y en mi barrio mi Dolores
y en Gibraleón la Señora
que por las calles avanza
con seis varales de eslora.
Una calle de barrio viejo
que se convierte en altar
y en su paso va parejo
como palio por la mar.
Pañuelos de despedida
que se echan a volar
como lagrimas caídas
que se ahogan en la mar.
Bronce que tañe en repique
en la espadaña de Santiago
mientras abajo en el porche
parte un palio pueblo adentro.
Un viento por la trasera
chicota tras chicota
la llevan hasta la rivera
de la misma madruga.
Un suave balanceo
tiene su viejo paso de madera
y debajo ajetreo
de hombre y trabajadera.
Cuatro horas de crucero
corazones en la aurora
que en Gibraleón costalero
ya camina la Señora.
y en Gibraleón la Señora
que por las calles avanza
con seis varales de eslora.
Una calle de barrio viejo
que se convierte en altar
y en su paso va parejo
como palio por la mar.
Pañuelos de despedida
que se echan a volar
como lagrimas caídas
que se ahogan en la mar.
Bronce que tañe en repique
en la espadaña de Santiago
mientras abajo en el porche
parte un palio pueblo adentro.
Un viento por la trasera
chicota tras chicota
la llevan hasta la rivera
de la misma madruga.
Un suave balanceo
tiene su viejo paso de madera
y debajo ajetreo
de hombre y trabajadera.
Cuatro horas de crucero
corazones en la aurora
que en Gibraleón costalero
ya camina la Señora.
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